En
el inicio de la egiptología, tras descifrar los secretos de los jeroglíficos,
hubo algo que los egiptólogos de entonces no creían que podrían encontrar,
literatura. Hoy en día los egiptólogos siguen investigando y descubriendo todos
los secretos que ella esconde
¿Qué
es la literatura?
La
literatura egipcia marcará su auge a partir de la Dinastía XII durante el Reino Medio extendiéndose su actividad hasta
la Dinastía XX. Esto pudo deberse a una reforma de la administración. Un
término que puede adaptarse a lo que nosotros entendemos como literatura es el
de Medet Neferet (discurso bello). La literatura engloba todos los textos que
tienen como finalidad la propia belleza del lenguaje (poesías, cuentos, cantos,
máximas….). Entre los personajes principales de estos escritos se esconden
campesinos, mujeres que realizan pan... guardándonos a veces un mensaje
escondido a modo de moraleja.
Desarrollo de la literatura
Fig. 1: Etiquetas de la tumba Uj. |
La
literatura lleva un largo proceso de formación comenzando por el surgimiento
del primer jeroglífico hasta su consolidación con la creación de textos
totalmente estructurados. En un inicio encontramos unas etiquetas en el
interior de la tumba Uj (Abydos) con unos jeroglíficos primitivos para
determinar la procedencia de unas vasijas, por lo que los orígenes son
claramente funerarios y administrativos. Durante el Reino Antiguo todavía no
existía un sistema de escritura totalmente desarrollado y se limitaban a
describir las escenas de forma desordenada.
Fig. 2: Tumba de Nefer y Ka-Hay |
Durante
la Dinastía III/IV se producirá la novedad de añadir conectores y verbos a la
lista de títulos del difunto dotando a los jeroglíficos de algo de coherencia
textual. En este momento se describen las circunstancias que le llevan a
ascender o las características del cargo. Pero todavía no existía una
linealidad en la orientación de los jeroglíficos.
Será en la Dinastía V cuando esa maraña de jeroglíficos desordenados cobrará una organización
añadiéndose unas líneas fragmentarias. Hasta este punto en el que estamos han
pasado 700 años de proceso de formación. Los primeros textos que mostrarán ya
una apariencia literaria serán los Textos de las Pirámides.
Fig. 3: Textos de las Pirámides con líneas fragmentarias |
La obra más famosa e importante es la Historia de
Sinuhe, de la cual Mika Waltari se inspiró para realizar su novela, de la que
también se basó Michael Curtiz para realizar su film de 1954.
¿Quiénes
eran sus autores?
Fig. 4: Escriba sentado |
En
el Antiguo Egipto no existían los poetas profesionales, los creadores de
literatura eran los escribas “ágiles de dedos”, funcionarios del faraón que
copiaban al dictado. La fabricación del papiro era monopolio real y servía como
herramienta administrativa. Al llegar a casa los papiros que no servían eran
limpiados para borrar las cuentas administrativas y darles un nuevo uso. Por
ello, la literatura no era promovida desde el Estado, sino que se trataba de
una actividad secundaria. Sabemos por las cartas que entre ellos se
intercambiaban los relatos para deleitarse con la literatura. En el Reino Nuevo
los artistas dejarán el nombre en sus obras.
Las
ostracas (lascas de piedra) solían utilizarse también para la escritura de
textos literarios (sobre todo durante el Reino Nuevo). Un ejemplo lo
encontramos en la aldea de artesanos de Deir el Medina donde se han conservado
muchos poemas de amor.
Los
aspirantes a escriba practicaban copiando textos literarios una y otra vez
dejándonos ver su método de aprendizaje y algunos errores de principiante en la escritura. El que copiaran estos textos durante un período largo de tiempo
nos muestra la importancia que realmente tenían estos escritos para la
sociedad. Al igual que en la actualidad estudiamos el Quijote o Miguel
Hernández, los egipcios aprendían las máximas de Kagemni o Ptah-Hotep.
Además,
es muy probable que existiera una tradición de transmisión oral y que cada
leyenda fuera transmitida de generación en generación.
Investigaciones
Los
primeros papiros encontrados procedían de la región de Tebas de excavaciones
patrocinadas por cónsules británicos. En el siglo XIX se pensaba que el origen
de la civilización se encontraba en Occidente y por ello no se dedicaba
especial atención a Oriente. Los egiptólogos tomaron aquellas representaciones
literarias egipcias cómo algo menor e incluso muchos papiros eran quemados, ya
que en esa época sólo se buscaban objetos de valor.
La
sorpresa vino tras comprobar que los jeroglíficos escondían todo tipo de textos
elaborados con el objetivo de entretener y disfrutar de la lectura, por ello la
segunda mitad del siglo XIX se dedicó al estudio de muchos de estos relatos. Sin
embargo, los primeros investigadores tomaban la ficción por realidad, lo cual
causaba una gran confusión, por ejemplo, la imagen del Primer Período
Intermedio quedó totalmente desvirtualizada.
En
los años 60-70 Gerhard Fecht abrió las investigaciones sobre la técnica de la
literatura egipcia. Fecht era especialista en poesía copta (heredera de la lengua
egipcia) por ello pudo llegar a una serie de conclusiones acerca del sistema de
puntuaciones y de rítmica de la literatura egipcia. Al igual que ocurre en
muchas lenguas, la literatura da sus primeros pasos de la mano de la poesía
para después proseguir con la prosa. Así pues, la prosa no llegará hasta la
época ramésida siendo todo lo anterior poesía.
No
obstante, es ahora cuando se ha empezado a vislumbrar los matices y la grandeza
que los egipcios mostraban en sus escritos, surgiendo un redescubrimiento de la
cultura egipcia originado a partir de los años 90.
Desentrañando
los secretos
La
afirmación de Fecht de que la literatura egipcia mantiene una construcción
poética ha llevado a numerosos avances. El destino de estos versos era el de
ser recitados (la lectura en silencio y en solitario es próxima a nuestro
tiempo, antes se leía en voz alta dando una entonación).
La
literatura egipcia no poseía rima, su forma de construcción rítmica venía
determinada por la forma de colocación de los acentos. Todos los versos
contienen dos o tres palabras acentuadas, por lo que se cree que se producía un
efecto de intensidad que aportaba armonía a la recitación.
En cuanto al sistema de puntos para separar
los versos no aparecerá hasta llegado el Reino Nuevo (Dinastía XVIII) al igual que las
rúbricas que marcan el inicio. Cuando
hay puntos rojos entre el texto esto nos señala que es literario. En el texto
literario todas las frases tienen la misma longitud y equilibrio. Fecht en sus
estudios reveló el significado de los puntos versales los cuales indican versos
y las rúbricas estrofas haciendo una distinción.
En cuanto a la forma de escritura, los egipcios escribían en tinta roja y negra. El negro se usaba para el cuerpo y el rojo para los títulos y para marcar el principio y el final, sin embargo, al ser un color asociado a lo maligno nunca escribían con él los nombres de los reyes o los dioses. Algo curioso es que los escribas que se encargaban de copiar los textos ponían al final si se trataba de una copia fidedigna, sin embargo, cuando se trataba de una copia realizada por aprendices, estos se limitaban a poner “esta copia se ha conservado bien”.
Fig. 5: Una parte del libro de los Muertos (o de la salida al día) |
Otro
aspecto a destacar es el de la datación de los textos. Para determinarla
debemos tener en cuenta que los escribas podían deleitarse escribiendo sobre
tiempos pasados, ya que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Por ello,
como el contexto de la escritura no siempre debe coincidir con el del relato es
mejor guiarnos por las estructuras y los cambios lingüísticos. Un ejemplo de
esto se muestra en las enseñanzas de Ptah-Hotep que se ambienta en la Dinastía
V mientras que el autor responde a la estructura lingüística de la Dinastía
XII.
Entre
los soportes utilizados encontraríamos en su mayoría el papiro, sin embargo,
las autobiografías plasmadas en las tumbas también nos muestran una riqueza
excepcional.
¿Con
qué finalidad se escribía la literatura?
Los
nobles egipcios eran cultos, ya que para ser nomarca era necesario un ascenso en
la carrera por lo que sabían escribir y leer. Estos nobles solían incluir una
biografía en sus tumbas a modo de demostrar que eran personas que sabían
escribir y leer y que poseían cierta sensibilidad por la literatura. Otra
finalidad era el entretenimiento y el placer de escuchar y escribir un texto
bonito. El ser humano siempre ha tenido la necesidad de plasmar aquello que
siente y de dejarlo salir ya sea mediante arte, música o literatura y esto
mismo le ocurría a nuestros queridos escribas.
Pero,
¿Para quién iría destinada su lectura si se trata de una tumba? Pues para todos
los visitantes que allí fueran, ya que las tumbas de la gente corriente no se
sellaban como las de los faraones. Los nobles tenían una parte visitable donde
la familia se reunía para recitar en voz alta la autobiografía y darle vida por
un instante a los recuerdos de esa persona. Esto lo sabemos por la fórmula
“Nombre del difunto” va a hablar.
Algunas
obras literarias:
- Los Textos de las Pirámides.
- La historia de Sinuhe (que es la mejor conservada).
- El desesperado con su alma.
- Papiro Westcar.
- El campesino elocuente.
- La historia del náufrago.
- El cuento de Si-Osiri.
- El pastor y la diosa.
- Los dos hermanos.
- El viaje de Wenamón.
- Literatura sapiencial (Enseñanzas de Ptah-Hotep, de Kagemni, de Amenenhat...)
- Poema de Pentaur.
- Poemas de amor.
- Amoniciones o advertencias.
- El príncipe predestinado.
- Himnos religiosos a Hapy, Atón, Amón...
- Libro de la salida al día.
Sin duda, textos que merecen su atención y que todavía pueden otorgarnos una gran sabiduría y filosofía para nuestro día a día. Si os interesa el tema de la literatura egipcia, también os interesarán los próximos posts que dedicaremos a algunas de estas obras.
DIANA NAVARRO LÓPEZ
Imágenes:
Imagen principal: Historia de Sinuhe. sobreegipto.es
Fig 1: antiquitas.es
Fig 2: superstock.com
Fig 3: quadernsdigitals.net
Fig 4: wikipedia.org
Fig 5: Wikipedia.org
Esperamos que os haya gustado esta entrada y nos ayudéis a compartir nuestro trabajo. Si usáis información de aquí, no olvidéis citarnos de la siguiente forma: Explorando Egipto
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