Cuando en el
Reino Nuevo hacerse una tumba y decorarla estuvo al alcance de unos cuantos
más, alguien decidió hacerse una tumba con mucho gusto en la antigua necrópolis
tebana, cerca de donde se enterraban los reyes
En la orilla oeste del río Nilo, frente a la
antigua Tebas, está la gran necrópolis tebana, lugar en el que,
sobre todo en el Reino Nuevo, se
enterraron reyes y nobles, en diferentes emplazamientos. Los egipcios creían
que en esta orilla estaba la Duat
(el inframundo de la mitología egipcia). En el Valle de los nobles hay seis necrópolis, pero la que nos interesa a
nosotros ahora se llama Sheikh Abd
el-Qurna; en ella se encuentra la mayor concentración de tumbas privadas de personalidades
importantes en la política y la vida social del momento de la dinastía XVIII y es una de las visitas
obligatorias cuando se viaja a Egipto.
Como hemos
dicho al empezar, esta gran necrópolis está cerca del Valle de los Reyes y del Valle
de las Reinas. Estas tumbas fueron de personalidades importantes del
entorno del rey. Solían tener conos
funerarios de arcilla colocados a la entrada de las capillas de la tumba. En el Reino Nuevo aparecían inscripciones con el título y el nombre
del dueño, acompañadas en ocasiones de oraciones. Hay unos cuatrocientos juegos
de conos registrados y sólo unos ochenta proceden de tumbas catalogadas. Estas
tumbas se registran con las letras TT
(Theban Tombs) y les sigue un número
que indica el orden en el que se descubrió. Hoy hablamos de la TT100.
¿Cómo eran estas tumbas?
Lo primero
que debemos tener en cuenta es que aunque esta sea una gran zona arqueológica, sobre ella y en las cercanías han vivido
los egipcios actuales, que desde
hace años están siendo obligados a trasladarse por los trabajos de excavación.
Pero es inevitable lo que se ha perdido. Las tumbas constan de dos partes,
la parte excavada en el suelo, con un pozo para el ataúd,
con corredores comunicados con la cámara funeraria y otras cámaras donde estaba
el ajuar. Tras el entierro se bloqueaba el acceso (aunque esto no fue un
impedimento para los asaltadores de tumbas). Y la parte superior de adobe o piedra y decorada. Esto es la capilla, y delante, un patio.
Desvelamos al personaje
Nuestra
personalidad elegida esta vez se llamó Rekhmire
y llegó a ostentar el más alto cargo en la administración egipcia después del
rey, tjaty. Fue visir y gobernador con dos reyes, Tutmosis III y Amenhotep II, y esto es muy importante por la
información histórica que contiene su tumba. Este importante cortesano de la
dinastía XVIII fue gobernador de Tebas y después consiguió el título de chaty.
Parece que este puesto se creó con el rey Esnefru en la dinastía IV
y se define como “el que es la voluntad del amo, los oídos y los ojos del rey”.
Se ha traducido erróneamente como visir, al compararlo con el ministro que
aconsejaba a los dirigentes musulmanes.
¿Quién fue Rekhmire?
Entre los años de reinado veintiocho y treinta y dos de Tutmosis III llegó a ser tjaty, y continuó siéndolo durante los primeros años de Amenhotep II. Procede
de una importante familia tebana y fue hijo del tjaty del Alto Egipto Neferuben
y de Bet. Su abuelo Ahmose Ametu y su tío Useramon también fueron tjaty y
gobernadores de Tebas. Su esposa se
llamó Merit (la amada) y tuvieron
varias hijas y un hijo. Su tumba en realidad es sólo un templo funerario, no hay cámara funeraria ya que está en algún otro
lugar, algunos hablan de una segunda tumba que incluso sitúan en el mismísimo
Valle de los Reyes.
¿Cómo era su templo funerario?
La planta de esta construcción tiene la
usual forma de T invertida utilizada
para otras tumbas coetáneas y tiene una superficie de unos trescientos metros
cuadrados. La capilla tiene unos veinticinco metros y el vestíbulo unos veinte
metros. Su decoración se conserva
bastante bien y es un gran documento histórico para saber más sobre el antiguo
Egipto. Da información sobre la función del tjaty, pago de tributos, obreros
construyendo ladrillos y muros, el ritual de apertura de la boca, etc. Poco
después de su fallecimiento algunas
pinturas fueron destruidas y otras tantas también fueron dañadas en fechas
algo posteriores, en el período de Amarna.
Un importante documento histórico
Sus pinturas
sobre pagos de tributos es todo un
estudio antropológico sobre los pueblos sometidos en este momento por el ahora
llamado Imperio Egipcio. Vemos hombres de origen minoico, probablemente
cretenses, y otras etnias con un tono de piel más oscura. Champollion copió en
el siglo XIX un dibujo de la tumba que representaba a semitas donde aparecían
también obreros egipcios cuyas
escenas cuentan cómo se fabricaban los ladrillos, se dejaban secar al sol y se
construían muros. A Rekhmire se le representa ejerciendo su cargo, supervisando las obras de construcción y los
talleres, y en escenas familiares.
La instalación de Rekhmire
En esta
tumba encontramos un texto muy interesante que forma ya parte de la literatura egipcia y es el que conocemos como la “Instalación del visir”. Sólo se conocen tres versiones sobre este texto, las que han llegado hasta nosotros
desde esta misma tumba, la de Useramón (TT131) y la de Hepu (TT66). La
importancia de este documento radica en que nos informa de las instrucciones
que el rey da a su visir cuando toma
posesión del cargo, consejos para que sea un buen visir dada la importancia del
puesto, haciendo hincapié en que debe ser legal, justo e imparcial. Hay un
pasaje en el que dice que es una “instrucción” o “enseñanza”.
¿Cómo trabajaron los artistas en esta
tumba?
Las pinturas
de esta tumba fueron ejecutadas con la técnica del fresco, que como vemos, ya se usaba en la antigüedad. Este tipo de
pinturas se hacían sobre muros previamente tratados con varias capas de cal y se va ejecutando la obra por jornadas mientras la última está húmeda
ya que se seca pasadas unas veinticuatro horas y no admite más pigmentos, de
ahí lo de llamarse fresco. Todo el material que se utiliza para pintar al
fresco es mineral. La cal del muro es el aglutinante y los pigmentos son óxidos
y aguantan bien la luz. Es algo así como una pintura fósil y ecológica. Y es
ideal para pintar grandes murales.
Una vez
tratado el muro sobre el que se va a pintar, probablemente el artesano o jemuu, o bien el “escriba de
contornos” o sesh quedut (dibujante),
hacía una cuadrícula sobre la que iría
el dibujo y después el color, y todo bajo la supervisión del jefe. Para hacer
la cuadrícula sumergían una cuerda en pigmento rojo, los primeros trazos los
hacían en rojo, y las correcciones y
los definitivos, en negro. El texto
que acompañaba a las imágenes era una colaboración entre el dibujante y el
escriba. La cuadrícula en la dinastía XVIII era algo parecido al sistema “guide
line”, quizás para agilizar la producción debido a la demanda del momento.
Los colores usados eran planos, no había claroscuros ni nada
parecido, para los detalles usaban colores
yuxtapuestos, ni se degradan ni se difuminan, aunque en el Reino Nuevo
aparecieron nuevos como el gris o el rosa. El color es muy importante porque
recordamos que condiciona los estados de ánimo y era parte de la naturaleza de
las cosas. Hay variedad de colores en esta tumba y no nos vamos a extender para
explicar que tienen relación con la resurrección, la muerte, la noche, el limo
y la fertilidad del valle del Nilo, la regeneración. Hubo una novedad introducida en esta tumba y
otras coetáneas, el jardín con estanques.
Reinados en los que vivió Rekhmire
Los últimos años de Tutmosis III...
Este rey
reinó treinta y dos años y procuró
que su nombre estuviera presente en Egipto,
Nubia y Levante. Hizo algunos trabajos en diferentes lugares de culto y
reestructuró de alguna forma zonas centrales del templo de Karnak, para lo que
hizo desmontar las capillas de caliza de Amenhotep I y reemplazarlas por otras
de arenisca. En el cuadragésimo segundo año de su reinado sus anales se convirtieron en la principal
fuente de información sobre sus conquistas. Añadió el Sexto y Séptimo Pilonos,
en el lado norte un templo para el dios Ptah y en el centro un santuario de
granito para la barca. Su tumba en
el Valle de los Reyes es la KV 34.
...Y los primeros de Amenhotep II
Compartió el
trono con su padre, cuando este era mayor, como corregente, durante algo más de dos años. Juntos terminaron de profanar los monumentos de la reina Hatshepsut. Amenhotep II fue reconocido
por los suyos y destacó por sus virtudes
atléticas. Disfrutó de un reinado
tranquilo y pacífico, con una burocracia eficaz, y quiso que hombres que habían
trabajado con su padre continuaran haciéndolo con él, como es el caso de
nuestro protagonista. Se recuperó parte de la literatura del Reino Medio, ya que el pacífico reinado lo
propiciaba, y en general, destacó más en el plano cultural que en el
militar.
ENCARNI TOLEDANO
PIQUERAS
Bibliografía:
-ALDRED, Cyril; Arte egipcio, Barcelona, Ediciones Destino, 1996.
-DAVID, Rosalie; Handbook
to life in Ancient Egypt, New York, Oxford, 1999.
-SHAW, Ian; Historia del Antiguo Egipto, Madrid,
Oxford, 2007.
-VVAA; Séptimo centenario de los estudios orientales en Salamanca, Salamanca, Ediciones Universidad Salamanca, 2013.
-www.elretohistorico.com
-www.elretohistorico.com
-www.carlesarola.com
Imágenes:
Todas las
figuras extraídas de wikimedia.org.
Esperamos que os haya gustado esta entrada y nos ayudéis a compartir nuestro trabajo. Si usáis información de aquí, no olvidéis citarnos de la siguiente forma: Explorando Egipto [Consultada: (Fecha del día de consulta)]
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