En 1963 se estrenó una de las producciones cinematográficas más sonadas de todos los tiempos: Cleopatra, de Joseph L. Mankiewicz. A pesar de las críticas que despertó por su desorbitado sobrecoste, el film fue un éxito de taquilla y se ha convertido en un referente ineludible de la historia del cine.
No es este el lugar para
entrar en los pormenores del reparto, del guión o de los incontables cambios de
estilismo de Liz Taylor en su papel de reina del Nilo. Lo que no puede pasarse
por alto es que la película reprodujo algunas de las ideas e imágenes más
comúnmente asociadas al antiguo Egipto: una Cleopatra sensual y seductora, el
poder y el orgullo de una civilización extraordinaria capaz de plantarle cara a
Roma, la riqueza y la exuberancia… Ved, si no, este breve fragmento de uno de
los momentos míticos del largometraje: la entrada triunfal de Cleopatra en
Roma.
Esa visión idealizada de lo
egipcio no era, ni mucho menos, nueva. La atracción por Egipto viene ya de
época romana, aunque fue sobre todo en el siglo XIX, con los relatos de las
expediciones europeas por las fabulosas tierras del Nilo, cuando la idea se
asentó de manera definitiva. Lo que sí podemos decir es que la superproducción
de Hollywood marcó un antes y un despuésen la popularización de la Antigüedad
egipcia y es un ejemplo paradigmático de la adaptación del pasado al consumo de
masas. Un modelo que se ha repetido, con más o menos fortuna, hasta la
actualidad.
Lo cierto es que hoy en día
podemos encontrar diosesegipcios, pirámides, esfinges, jeroglíficos, faraones y
reinasen todo tipo de contextos y bajo todo tipo de formatos. Pero, ¿por qué? ¿Qué
hace que el antiguo Egipto forme parte del mainstream?
Hay una cosa clara: Occidente
siempre se ha sentido fascinado por Oriente. Lo orientalrepresenta lo
diferente, lo exótico, lo cautivador. De alguna manera, el Egipto de los
faraones ha asumido el papel del Oriente antiguo,alejado de la racionalidad y
el pragmatismo de griegos y romanos. Y ya sabemos que lo exótico vende. Es más,
alrededor de Egipto se han construido
una serie de idealesque han tenido gran aceptación en la sociedad de consumo
y que han asegurado su omnipresencia en nuestro día a día.
Uno de ellos es el
misterio.Lo poco familiares que nos resultan algunas de las facetas de la
cultura egipcia (los enrevesados jeroglíficos, la práctica de la momificación,
el panteón medio humano-medio animal), unido a la perplejidad que sigue
causando su alto desarrollo cultural -«¿Cómo pudieron construir las pirámides
con tan pocos medios?», se pregunta mucha gente-, han hecho que la civilización
del Nilo pase a la historia como una de las más enigmáticas de la Antigüedad.
Ese aura de misterio es la responsable de que infinidad de películas,
series de televisión, videojuegos y novelas hayan utilizado Egipto como
escenario de trepidantes aventuras, en las que los protagonistas deben superar
todo tipo de sortilegios, trampas y maldiciones de faraones pasados a mejor
vida.
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Fig.2. Indiana Jones descifrando enigmas en la ciudad egipcia de Tanis, en En busca del Arca Perdida (1981). |
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Fig.3. Los protagonistas de La Momia (1999) atrapados en las ruinas de Hamunaptra, la Ciudad de los Muertos |
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Fig.4. TombRaider, uno de los videojuegos más populares de las últimas décadas, ambienta algunas de sus aventuras en Egipto. |
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Fig.5. Los dioses y símbolos egipcios como emblema de una baraja de Tarot. |
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Fig.6. Stargate (1994), una de las muchas películas que inciden en el vínculo entre egipcios y alienígenas. |
En este mismo sentido, los
grandes monumentos egipcios –en especial los funerarios- se han convertido en
símbolo de perdurabilidad, igual que las momias que albergan en su interior.
Por eso no resulta nada extraño encontrarlos en la publicidad como argumento de
calidad y resistencia.
Pero, por encima de todo, el
antiguo Egipto ha servido y sigue sirviendo para evocar la riqueza y el lujo. Aquí ha tenido mucho que ver la idea, muy
presente desde la propia Antigüedad, de grandes tesoros ocultos en cámaras funerarias,
cuyo gran hito es el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922. Egipto
está irremediablemente asociado al oro, el lapislázuli y a otras piedras
preciosas. Un referente compartido que han sabido aprovechar casinos, máquinas
tragaperras y hoteles de lujo para reforzar su mensaje de ostentosidad y lucro.
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Fig. 9. Hotel y casino Luxor, en Las Vegas. |
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Fig. 10. Máquina tragaperras de temática egipcia. |
Fig. 11. Momias, riquezas y cazatesoros en un juego de Playmobil. |
Y si a la ya de por sí
sugerente idea de riqueza añadimos la exuberancia y el exotismo del Nilo, las
bonanzas de un clima tórrido y el refinamiento cultural, todo apunta al ya
comentado ideal del Oriente sensual. Un Oriente que, casi siempre, asume la
figura de mujer. En este sentido, las
reinas egipcias representan en nuestro imaginario la belleza exótica y la
seducción. ¿Por qué, si no, se utilizan como reclamo en infinidad de
productos de cosmética y moda?
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Fig. 12. Jabón Cleopatra, para sentirse como una reina. |
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Fig. 13. EgyptianMagic, la crema facial que guarda el secreto del Antiguo Egipto. |
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Fig. 14. Inspiración egipcia en la colección primavera / verano 2004 de Dior. |
Hablar de belleza y seducción
en femenino nos conduce irremediablemente a recuperar el personaje con el que
empezábamos este post: Cleopatra, símbolo de Egipto donde los haya. La reina
del Nilo es un personaje reconocible por la inmensa mayoría de nuestra sociedad,
de ahí su presencia cotidiana. Al arraigo de su imagen han contribuido algunos
de los grandes referentes de la cultura de masas, entre ellos la Cleopatra de Mankiewicz.
Por ello no debe
sorprendernos que en 2014, algo más de cincuenta años después del estreno del
film, la cantante Katy Perry haya reproducidoen el
videoclip de su single DarkHorselos
mismos clichés sobre Cleopatra y Egipto a los que ya había recurrido la superproducción
hollywoodiense. Eso sí, adaptados a las particularidades de la industria de la
música pop y a la estética de principios del siglo XXI.
Una muestra más del poder
evocador que tienen los medios de comunicación en el anclaje de ideas sobre el
pasado y de cómo éste, más allá de las piedras, sigue estando muy vivo en
nuestro presente.
Soy
doctor en arqueología por la Universitat de València. Mi línea de investigación
se enmarca en la llamada arqueología pública, que estudia las relaciones entre
arqueología y sociedad. En particular me interesa conocer los usos que se hacen
del pasado en el presente. Sobre éstas y otras cosas hablo en el blog y el Instagram de #Piedra. ¡La arqueología a la vuelta de la
esquina!

Imágenes:
Fig.13: http://egyptianmagic.com/
Interesante artículo. La Egiptoplogía siempre ne ha fascinado, es impresionante que este Imperio existió desde hace miles de años, surgió creció y murió, y sabemos poco sobre ellos. Cuando vi las traga-perras que vos mencionas me recordé de esta otra, mas moderna que puede parecer interesante: https://es.casino.guru/Tales-of-Egypt-jugar-gratis
ResponderEliminarÉxitos Tono!